If I Am A Dog

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Federico Garcia Lorca 

Sonnet of the Sweet Complaint

by Federico García Lorca (1898 – 1936)

  Never let me lose the marvel
of your statue-like eyes, or the accent
the solitary rose of your breath
places on my cheek at night.

  I am afraid of being, on this shore,
a branchless trunk, and what I most regret
is having no flower, pulp, or clay
for the worm of my despair.

  If you are my hidden treasure,
if you are my cross, my dampened pain,
if I am a dog, and you alone my master,

  never let me lose what I have gained,
and adorn the branches of your river
with leaves of my estranged Autumn.

Soneto de la dulce queja

by Federico García Lorca

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.

 


Night of Sleepless Love

by Federico García Lorca

The night rose with its moon full above.
I began to mourn, and you laughed with contempt.
Your scorn was a god, and my poor lament
was a momentary, shackled dove.

The night fell.  You became a crystal of hurt,
weeping for distances slowly deepening.
My sadness, like a crowd of sores, came creeping
across your sickened heart of dirt.

But dawn joined our bodies on the bed
and with frozen lips pried wide apart
we drank the endless blood we’d shed.

And through the shutters, I saw sunrise start.
And the coral of life, with its branches spread,
arched high above my shroud.

 

Noche Del Amor Insomne

by Federico García Lorca

Noche arriba los dos con luna llena,
yo me puse a llorar y tú reías.
Tu desdén era un dios, las quejas mías
momentos y palomas en cadena.

Noche abajo los dos. Cristal de pena,
llorabas tú por hondas lejanías.
Mi dolor era un grupo de agonías
sobre tu débil corazón de arena.

La aurora nos unió sobre la cama,
las bocas puestas sobre el chorro helado
de una sangre sin fin que se derrama.

Y el sol entró por el balcón cerrado
y el coral de la vida abrió su rama
sobre mi corazón amortajado.